Pasado por agua empezó el duelo en Montilivi, en el que el Girona precisaba la victoria para sostener la segunda situación en la Liga y el Rayo procuraba la segunda victoria en lo que va de año. Viktor Tsygankov y Savinho decidieron el partido tras el reposo, cuando el Girona revolucionó el encuentro tras una primera mitad sin buena circulación ni acierto.

Èric García aceptó las funciones de generador desde la base, frente a la ausencia de Daley Blind, en exactamente el mismo costado que Yan Couto, de vuelta tras la sanción por acumulación de amarillas. Esa situación la aprovechó en los primeros minutos, sin éxito, el Rayo, que no cejó en el empeño de agredir con el campo inclinado cara su banda izquierda.

El equipo dirigido por Míchel no halló la fluidez en su juego a lo largo de la primera media hora y cuando llegaba no era preciso en los espacios reducidos. La salvedad fue una conducción de Èric García que dejó en ventaja a Dovbyk mas el delantero sumó el segundo fuera de juego para su equipo.

Exactamente los mismos protagonistas sirvieron una jugada en la que Montilivi demandó, de forma tibia, un penalti por mano, en una de las pocas acciones de riesgo de su equipo. Un equipo con balón mas estéril en concepto de generación de ocasiones de claro riesgo.

El Rayo desapareció por puro aplastamiento del Girona y fue Portu quien agitó la defensa rayista para dejar en bandeja un remate franco a Yangel Herrera que acabó despejando Aridane, en la más clara de la primera parte.

Tras el reposo, el Girona puso una marcha más y Portu aprovechó una arrancada de Couto por su banda, dejando solo a Dovbyk. mas el delantero ucraniano deseó supervisar en vez de rematar de primeras, en lo que pudo haber sido el 1-0. Inmediatamente después, Miguel Gutiérrez, en la primera internada del lateral en todo el partido y a pase de David López, asistió a Viktor Tsygankov que, con un enorme remate raso y al segundo palo, adelantó al equipo local en un principio de segunda parte refulgente.

Dovbyk prosiguió impreciso con un remate franco que mandó alto, tras una enorme acción del autor del gol, mientras que el Rayo siguió zozobrando en el diluvio gironí, en el juego y en lo climatológico. La primera línea de presión del Rayo no fue eficaz y el segundo de la Liga no vaciló en aprovechar los espacios, en el regreso del vértigo a sus acciones ofensivas.

Las ocasiones del Girona se sucedían en pos de la victoria, tras dos derrotas y un empate en sus 3 últimos partidos, con acciones a la espalda de la defensa rayista, inútil de supervisar los incesantes vuelos de Savinho y Tsygankov.

Pep Chavarría, tras diez minutos en el campo y recién reprendido, fue al choque contra Èric García con las manos a la altura del semblante del central y vio la segunda amarrilla, dejando a su equipo con diez y con 15 minutos por delante en pos de lo imposible.

Más tras el apetito de Christian Stuani, en pos de la sentencia tras substituir a Dovbyk, que halló en su cabezazo, desde el área pequeña, a un enorme Dimitrievski que sostuvo con vida, poca, al Rayo.

El conjunto de Iñigo Pérez reapareció en los últimos minutos y Míchel volvió a dejar ademanes de nervios, en vistas de que su equipo no era capaz de ampliar el beneficio en el marcador, justo cuando el Rayo metía a los 9 jugadores de campo en los cincuenta metros contrincantes.

El técnico vallecano respiró con la sentencia de Savinho, que recibió en banda derecha y se dirigió cara el área, con la portería entre ceja y ceja, conforme se iba relamiendo, ya antes de lanzar un disparo raso, a la cepa del poste. No contento con esto, el extremo firmó su doblete, en el minuto 95, haciendo morder el polvo al 'Pacha' Espino y batiendo a Dimitrievski por bajo para devolver al Girona a la segunda plaza de la clasificación, diez puntos sobre el Athletic Club, en Europa League. El Rayo se fue de Montilivi sin puntuar y sigue, así, 7 puntos sobre los puestos de descenso.