Argentina retuvo el título continental y repite el hito histórico de España de enlazar tres enormes torneos. La Roja lo logró entre 2008 y 2012, ganando dos veces la Eurocopa y su primera Copa del Mundo, y en este momento la Scaloneta lo ha emulado en un trienio mágico.

De qué forma sufrió la Albiceleste para derrotar a Colombia (1-0), con un solitario golazo de Lautaro Martínez en la segunda parte de la prórroga. Probó que es un aparato con una autoestima infinita y con espíritu (y suerte) de campeón. Lo debió poner todo de su parte, solo así dinamitó una racha victoriosa de dos años y medio de los cafeteros que sumaban 28 encuentros invictos.

La final tuvo de todo. Drama con la lesión de Leo Messi, superioridad de los cafeteros en una primera parte muy consistente y restauración argentina, con premio final para el Toro, que terminó el torneo como artillero con 5 tantos y siendo el futbolista más decisivo.

La final debería haber sido suspendida. Hubo gravísimos altercados ocasionados por centenares de hinchas (mayoritariamente colombianos) que procuraron acceder al estadio sin entrada. Se produjeron avalanchas y se instauró el caos. Por eso , se cerraron los portones y, después, no se sabe por orden de quién, se dejó entrar a quien quiso sin ningún género de orden y filtro. El partido, por esta razón , comenzó con una hora y cuarto de retraso. Intolerable.

En este período , ciertos protagonistas , como es la situacion de Alexis Mac Allister, abandonó la zona de vestuarios para interesarse cómo estaban sus familiares que se habían encontrado en medio del lío. Una vergüenza.

El ambiente enrarecido y tenso electrificó el inicio del choque, con los cafeteros, mucho más intensos, jugando en región de ataque y teniendo una gran oportunidad que podría haber preciso todo el encuentro : un acrobático regate de John Córdoba que besó el póster derecho de la portería de Dibu Martínez (min. 5).

Colombia jugó como lo había hecho en todo el campeonato. Valeroso y tomando riesgos , presionó arriba y encerró a la campeona mundial, que no encontró los mecanismos para imponer su fútbol trabajado y con una cadencia baja. La única alternativa que le quitó a la Scaloneta fue la de atacar a partir de latigazos, con Leo Messi intentando imponer su clarividencia.

El ex- del Barça dio el enorme susto cuando en un lance con el del costado Arias se le dobló el tobillo derecho (min. 34). Se temió lo peor. Al descanso , los de Néstor Lorenzo ganaban a los puntos, habiendo sido superiores tanto táctica como físicamente. La Albiceleste había subsistido , lo que es mucho , por el hecho de que la final estuvo a puntito de escurrirse entre los dedos.

Argentina, al fin , decidió estacionar el sosiego y propuso un segundo tiempo de tú a tú, por el hecho de que lo de procurar dirigir en lugar de jugar no le estaba dando desenlaces. El acercamiento se jugó a doble sentido, aireado, con varios espacios y asaltos alternados.

Y, llegó la jugada icónica de la final. Leo Messi resbaló y cayó solo en una acción en la región ancha. Y allí el crack se rompió definitivamente. Tenía el tobillo derecho muy tocado.

Tuvo que abandonar el terreno de juego y ser substituido por Nico González (min. 66). Fue un jarro de agua fría. La Albiceleste se quedaba sin su faro. En el momento en que se sentó en el banquillo, el ex del Barça se hundió. Rompió a plañir copiosamente, en una imagen de romper el corazón. Ni con el paso de los minutos logró calmarse.

La Scaloneta se aisló del drama y prosiguió en etapa ascendente. El intercambio de golpes le favoreció y ofreció sus minutos mucho más firmes. Aun sin Leo, logró ofrecerle la vuelta al acercamiento y colocar el temor en el cuerpo de los colombianos. El gol, sin embargo , no llegó.

La prórroga se jugó a tumba abierta, con ambos personajes principales oxigenados desde el banquillo. Absolutamente nadie quería los penaltis.

Y, en el minuto 112, Argentina mató la final en una jugada colectiva que se gestó con un balón recuperado por Leandro Paredes, un pase en profundidad de Lo Celso y un remate de Lautaro Martínez sobre Camilo Vargas. Eligieron tres suplentes, que solo salieron a jugar en la prórroga. La mano de Lionel Scaloni sirvió para ganar un nuevo título. Y Leo, en este momento sí, se secó las lágrimas para celebrar una nueva conquistga con su selección como se merecía.