Muy por debajo del Manchester City. De esta forma se debió sentir el Ipswich Town en el Etihad. La ilusión de enfrentarse al mejor aparato de la Premier League tardó un tiempo reducido en convertirse en una genuina pesadilla. En concreto nueve minutos.
Ese fue el tiempo exacto que pasó entre el gol inicial de Szmodics que abrió la lata en el minuto 7 y el segundo tanto de Haaland, en el minuto 16, para poner el 3-1. Sin aparente esfuerzo ni inconveniente , los de Guardiola le dieron la vuelta al partido y lo dejaron sentenciado en un momento , con la experiencia propia de haber ganado 4 veces consecutivas la Premier League.
El desmarque al espacio de Szmodics rompió la defensa citizen, pero no implantó el nerviosismo en el aparato local. Savinho se colgó el cartel de estrella y se convirtió en un huracán imparable. El brasileiro forzó el penalti que Haaland transformaría en el empate y 2 minutos después aprovechó el enésimo fallo local sacando la pelota frente a la presión \'sky blue\' para regalarle el segundo a De Bruyne.
Faltaba , eso sí, el tradicional gol del Manchester City, que solamente tardaría unos minutos en llegar. De Bruyne puso un balón milimétrico al espacio para el desmarque agresivo de Haaland, que se quitó de encima a Muric con un toque sutil de cabeza y definió a placer , dejando el partido visto para sentencia.
La goleada pudo ser mayor, con 2 remates al larguero de Rico Lewis y Kevin De Bruyne, pero fue Haaland el que pondría la puntilla, firmando su hat trick con un zurdazo desde la frontal. La guinda al pastel había llegado unos minutos antes, con la entrada de Gundogan para disputar los últimos 20 minutos.
Tras su año en Barcelona y su regreso al Etihad, la lengua alemana fue ovacionado como un ídolo por una afición que, un año mucho más , se ve favorita absoluta a llevarse el título de liga.