Martes, Diciembre 03, 2024

Lo que ocurrió en el Santiago Bernabéu fue extraño: se pasó del relax absoluto, de los cambios para dar descanso y de que Ancelotti hiciera caso al público y sacase a Vallejo, al miedo inesperado y agobiante de que los tres puntos se escapasen. Como película no tuvo precio, aunque a los madridistas les agradase poco.

Estaban ya pensando en el partido del domingo contra el Atlético, se veían contentos pues parecía que todas y cada una de las piezas encajaban y de repente , veían a su aparato encerrado atrás, tras dos goles en dos minutos, con cinco defensas para garantizar el único gol de ventaja que, de repente , solo les quedaba y protestando por los seis minutos que dio el colegiado de prolongación.

No pasó nada grave, fue un susto que emborronó el hasta el momento buen y relajado partido del Real La capital de españa. Fue un susto nada más pero que va a tener 2 consecuencias : una es que el Madrid ya no se marcha a distraer ni un ratito , y eso es bueno. La otra es que Vallejo, del Ancelotti ya no se fiaba, va a jugar bastante menos de ahora en adelante. No fue su culpa, o no fue singularmente su culpa, pero salió al campo con un 3-0 y acabó el partido con un 3-2. Y eso que cortó bien alguno de los próximos ataques del Alavés, en el momento en que todos estaban ahora de los nervios y nadie sabía realmente bien de qué manera se había llegado hasta ahí.

Y eso que todo comenzó de cine con el gol de Vinicius cuando el Alavés casi ni sabía que había empezado el partido. No fue titular contra el Espanyol y en el momento en que salió al campo, resolvió el partido. Fue titular contra el Alavés y en cuanto salió al campo, resolvió el partido con su pase atrás a Lucas Vázquez. Es puro nervio el brasileño y eso le sienta de temor al equipo. Hace goles , pero también ve amarillas que al madridismo le cuesta comprender. Se llevó una patada, pero la tarjeta fue para él por protestar.

Se suponía o se afirmaba que como Vinicius había rotado en el encuentro anterior , para no distinguir a una estrella sobre otra, Carlo Ancelotti iba a dar descanso a Mbappé para que jugase Endrick. No ocurrió y está por ver si en algún momento ocurre. Endrick salió ya en la segunda mitad (por Rodrygo) y en uno de los primeros balones que tocó, mandó el balón al travesaño. Está hambriento el chico y bien que hace.

Pero a Mbappé no lo va a desplazar pues la lengua francesa ya ha cogido carrerilla y será difícil también que concluya un partido sin llevar a cabo un gol. Desde el gol de Vinicius, el choque adoptó un tono que se mantuvo durante todos y cada uno de los minutos: el balón para el Real La capital de españa , que lo movía sin prisa alguna frente a un rival que tampoco mostraba elevado entusiasmo en robarlo. Si el Alavés no mordía, no iba a gastar fuerzas de sobra los locales. Era un monólogo de alguien que charla pues el silencio del otro, del Alavés, en este caso era hasta incómodo. Quién iba a pensar lo que sucedería.

Mbappé cambió de ritmo y con Bellingham como colega , pues no hay mejor colega en este equipo para construir paredes y levantar una casa al filo del área, fabricaron el segundo tanto. Taconazo de Kylian a Bellingham, pared en profundidad de este y después Mbappé saliendo hacia el lado más bien difícil , el que rompía a la defensa y rematando con sencillez.

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