Con esta plantilla, si no lo remedian los Saúl y Suso cuando estén, el sevillismo está condenado al sufrimiento. Las lágrimas de Jesús Navas, que no era titular con el Sevilla desde antes de proclamarse vencedor de Europa por segunda vez con España, ilustran el estado de todo. El ataque de nervios, la preocupante pérdida de calidad de la plantilla, la orfandad de identidad. en qué convirtieron este Sevilla que no hace bastante era un orgullo verlo competir en Europa.
Lo destacado , indudablemente , fue ese regalazo de Jesús Navas. El resultado, el quitarse un poquito –aún queda tela – el temor. Pues ante entre los peores Getafes que se recuerdan, el aparato de García Pimienta ahora logró bastante con sumar los tres puntos. Encima con el avispero en que había entrado la tarde en oposición a la gestión del consejo.
Pero qué trabajito. qué pérdida de calidad. Cuántos pases al compañeros mal dados, hasta los simples , los que no dejan de ser un "quitármela de encima" para poner al compañero en un aprieto. Solo cuando el balón le caía a Navas, en una posición que recordaba mucho más sus inicios que sus años de madurez, todo fluía y la grada dejaba momentáneamente el “Júnior, vete ahora ” para dejar caer exclamaciones de cierta pasión.
De esta forma , es habitual el padecimiento hasta el final , con demasiados luchadores a los que –al final de cuenta – asimismo hay que darles las gracias por el hecho de que la situación está para lo que está. José Ángel, nuestro Marcao, Isaac en su guerrear con el viento más que con el enemigo, Juanlu. ponen el punto de sangre y fuego.
La lírica sale del arpa de muy pocos , sólo de seleccionados como Jesús Navas, que tiró del carro como en sus tiempos jóvenes y halló la pasión con que la grada le pide que reconsidere y siga.
Dos centrales muy limitados que fueron desde el inicio presionados por los de Bordalás para conseguir lo que estos les dieron : regalos que no aprovecharon (increíblemente el de Marcao que no embocó por poco Uche).
El Sevilla es un aparato que padece a la mínima. Pedrosa fue en especial superado y Nianzou y Marcao a la mínima demuestran su escasa velocidad de reacción. El sistema defensivo se sostuvo , pese a todo, de pie. Y sucede que entre Gudelj y Sow mantuvieron el edificio, junto con –también hay que decirlo– la nula ambición de un Getafe que ni perdiendo dio un paso adelante y creó mucho más peligro en estrategia que a partir de fútbol y de jugar con los nervios de los locales.
No había jugadores para apelar a algo que no fuera el apretar y propiciar el robo y buscar o bien desmarques de Isaac o centros desde las bandas. Los pases pocas veces son en ventaja para el compañero, hacen falta varios controles para orientar el balón como peligro. En resumen , pérdida de calidad.