Una derrota en el Barça es siempre y en todo momento sinónimo de problemas en el Barça. Se muestran los nervios dentro y fuera del vestuario. La prueba es que, después de perder frente al Mónaco en el Joan Gamper, ya se causó una asamblea de la cúpula deportiva del club en Montjuïc. La temporada previo había dejado sensaciones extrañas que aún prosiguen actuales en determinados puntos.
Decía Diego Pablo Simeone en el día previo a medirse con el Leipzig que, en esta novedosa Champions del todos contra todos, "los empates sirven hasta cierto punto ", y que los equipos "precisan ganar". "Hay que ganar", repitió, en verdad , incidiendo en que para meterse entre los ocho primeros era preciso agregar de tres en tres. Y José María Giménez, uno de sus estudiantes más aplicados y veteranos, le logró caso, rescantando la victoria (2-1) con un testarazo en el descuento que deja a los del Cholo comenzar su enésima intentona europea con buen pie. O mejor dicho , con buena cabeza en un caso así.
El Girona FC ha caído en su estreno en la Champions League ante el PSG (1-0) en el Parque de los Príncipes, en una desgraciada jugada final en el momento en que el meta Paulo Gazzaniga, que había salvado a su equipo 2 minutos antes, vio como el balón se le escapaba entre las piernas tras un centro de Nuno Mendes, castigo inesperado para un Girona que mostró su versión mucho más reconocible pese a la avalancha de ocasiones del cuadro de Luis Enrique.
El Real Madrid logró una sufrida victoria (3-1) ante el Stuttgart alemán en el estreno del nuevo formato de la Champions League en el Santiago Bernabéu, gracia alerta de Antonio Rüdiger de cabeza en el minuto 83 después de que Deniz Undav lograra nivelar el gol de Kylian Mbappé que adelantó a los blancos. El subcampeón de la Bundesliga puso contra las cuerdas al defensor del título con un ejercicio de orden y valentía, que a punto estuvo hallar premio, pero que encontró demasiado castigo con el tanto final de Endrik.
El Liverpool celebra su regreso a la Champions con una remontada en San Siro. Los de Slot respondieron a un gran arranque rossonero y se llevaron un 3-1 justo con una actuación de colosal calidad e intensidad, ante un contrincante que se fué apagando con el pasar de los años. Lo destacado de la noche milanista solo sucedió a lo largo del primer cuarto de hora del encuentro. San Siro soñó con una noche inolvidable en el minuto 3, cuando Pulisic recibió un perfecto pase vertical de Morata, penetró en el área y fulminó a Alisson con un remate cruzado.
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